El Chupete fue idealmente diseñado para calmar o aliviar a las guaguas, también está comprobado que el chupete disminuye la muerte súbita en lactantes. Sin embargo, el uso prolongado del mismo puede traer consigo múltiples dificultades Fonoaudiológicas y Odontológicas si su uso se prolonga más allá de los dos años. Lo mismo ocurre si el niño continua comiendo alimentos blandos y papillas más allá de los doce meses cuando ya tiene dientes y puede realizar el proceso de masticar sus alimentos.
Los riesgos en este caso además de ser odontológicos muchas veces se asocian con alteraciones del habla por lo que son derivados a tratamiento Fonoaudiológico debido a que pueden experimentar el “Desorden Miofuncional Orofacial ( DMO)” cuadro en el cual las estructuras orales y faciales ( labio, lengua, dientes, mandíbula, mejillas y paladar) no se desarrollan de la manera adecuada para la edad y el desarrollo típico del niño.
La manifestación más evidente a nivel de habla en el DMO es que los niños cecean o realizan el sonido de la c o s como una z española. Esto puede ocurrir cuando los niños mantienen un uso prolongado de la mamadera y chupete. Además continúan con papillas después de tener sus dientes ya que no manifiesta mayor esfuerzo para la trituración de los alimentos.
Es fundamental que los hitos del desarrollo del niño sean respetados así es el caso de la importancia de dejar las papillas cuando aparece la dentición y comenzar a usar cuchara de postre en vez de cucharas pequeñas diseñadas para guaguas, este cambio permite que el niño mastique e ingiera porciones más grandes y al usar una cuchara menos plana hace que el labio trabaje para arrastrar la comida. Todo este proceso permite que la boca se mueva más y sus músculos estén mejor ejercitados.
Otro fenómeno que se manifiesta al prolongar el uso de la mamadera más allá de los dos años y medio es que “el niño al tragar pone la lengua entre sus dientes como lo hacen los lactantes en vez de avanzar hacia la deglución adulta, la que se realiza cerrando los labios y poniendo la lengua detrás de los dientes. Situación que también provoca trastornos del habla. Corregir estos malos hábitos puede requerir más de una decena de sesiones al fonoaudiólogo y tratamiento odontológico prolongado, por lo que se recomienda evitarlos.
Otro mal hábito que puede ser aún más nocivo que el abusar del chupete y la mamadera es el chuparse el dedo. “eliminar ese hábito es más difícil que quitar el chupete y suele extenderse hasta edades más avanzadas, lo que provoca mayor deformación y más problemas odontológicos. Por lo que se sugiere recurrir a especialistas para su pronta detección y posterior tratamiento.
Consejos para dejar el Chupete
1.- Comience a retíralo a más tardar a los dos años para que a los dos años y medio ya no sea utilizado.
2.- nunca recurra a castigos para que el chupete sea dejado.
Utilice estrategias participativas con el niño para entregar el chupete reforzando positivamente dicha acción “muy bien hijo ya estas más grande ya no usas chupete”.
3.- no está comprobado que dejar el chupete paulatinamente sea mejor que dejarlo abruptamente.
4.- una vez entregado no vuelva a regresar el chupete.
María Eugenia Dubó Galleguillos
Fonoaudióloga
Centro de Atención Integral Amanda.