María Eugenia Dubó G – Fonoaudióloga.
En los últimos años se ha asistido en el mundo, y en Chile en particular, a un aumento de consultas referidas a retraso del desarrollo, trastornos del aprendizaje y de lenguaje, probablemente producto de un mejor nivel de educación de nuestra población, para la cual estos problemas, antes poco relevantes, han pasado a ser de alta prioridad.
La prevalencia de trastornos del desarrollo se ha estimado en 16% -18% de los niños, de los cuales alrededor del 90% se relacionan a problemas de aprendizaje, lenguaje o retardo mental. Esta cifra aumenta a 22% si se incluyen problemas del comportamiento. Departamento Pediatría y Cirugía Infantil, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
En esta Ocasion hablare en particular del Retraso Global del Desarrollo…
El DSM-5 son las siglas del manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría. Es el manual de referencia para el diagnóstico de los trastornos mentales para muchos profesionales del mundo, y al menos en España, es la referencia principal en el ámbito clínico infantil. Recientemente se ha publicado la 5ª Edición, llena de novedades. Una de ellas es la presencia del llamado retraso global del desarrollo que viene a cubrir un vacío existente.
El retraso global del desarrollo se incluye dentro de un gran apartado titulado “trastornos del desarrollo neurológico” y dentro de un subapartado llamado trastornos del desarrollo intelectual. Viene a darle cuerpo diagnóstico a lo que hasta ahora se le llamaba “retraso madurativo”, pero que en realidad no era un diagnóstico reconocido.
El Retraso Global del Desarrollo (RGD) se define como el retraso en dos o más de las áreas del desarrollo de un niño, dentro de las que se encuentran: motricidad fina y gruesa; lenguaje y habla; funciones cognitivas; desarrollo personal y social y actividades de la vida diaria. Este retraso en las habilidades debe ser de dos desviaciones estándares en comparación con las habilidades esperadas para su edad, y se aplica a niños menores de 5 años.
El diagnóstico de retraso global del desarrollo se reserva a los niños y niñas menores de 5 años cuando el nivel de gravedad clínica no se puede valorar de forma fiable durante los primeros años de la infancia. Dice el DSM-5 que esta categoría se diagnostica cuando un sujeto no cumple con los hitos de desarrollo esperados en varios campos del funcionamiento intelectual, y se aplica a individuos en los que no se puede llevar a cabo una valoración sistemática del funcionamiento intelectual, incluidos niños demasiado pequeños para participar en las pruebas estandarizadas.
Además, el DSM-5, considera el retraso global del desarrollo como una categoría diagnóstica provisional ya que establece que esta categoría se debe volver a valorar después de un período de tiempo.
No podemos perder de vista que se trata de un diagnóstico provisional y que a partir de los cinco años, habrá que revisar las necesidades educativas del niño o niña en cuestión para establecer un diagnóstico más ajustado o dar por superadas sus dificultades.
La categoría diagnóstica del retraso global del desarrollo, establecida por el DSM-5, viene a cubrir un hueco necesario en los primeros años del desarrollo y que los profesionales, tenemos que seguir siendo igual de estrictos como hasta ahora para saber establecer esta categoría a los sujetos que realmente cumplan los criterios.
Se estima que el RGD afecta del 1 al 3% de los niños y puede tener diversas causas (genéticas, complicaciones del embarazo y el nacimiento, infecciones, etc.), siendo las principales las cromosopatías y las alteraciones estructurales del cerebro.
Debemos tener en cuenta que, durante el desarrollo infantil, los niños pueden experimentar retrasos en una sola área, como puede ser el caso de retraso en el lenguaje, en el área motora o personal. Por esta razón, es necesario diferenciar correctamente el retraso específico de un área frente al retraso global.
Dentro de las caracteristicas es importante aclarar que no existe nada intrínsecamente anormal en estos niños, pues los hitos madurativos se cumplen en la secuencia esperada, solo que de forma más lenta. Se comportan como un niño menor respecto a su edad cronológica.
Les resulta especialmente difícil la interacción con los iguales, por tanto, pueden tener dificultades si no se que se adoptan medidas que les faciliten la relación social.
Suelen presentar un retraso en la formación de conceptos y establecimiento de categorías, clasificaciones, relaciones entre los objetos, hechos, etc.
El nivel de motivación hacia las actividades puede verse afectado por una insuficiente comprensión verbal, por hábitos de atención que no están suficientemente instaurados o por la propia dificultad de la tarea que se le propone.
Suelen presentar retraso en sus estrategias para la reorganización y entendimiento de las demandas del entorno social, mantenimiento y dirección de la atención, organización de la información y adaptación de la conducta; lo que afecta al modo de realización de algunas de las tareas.
Con una adecuada estimulación, muchos niños adquieren unas pautas evolutivas y un ritmo similar al de los niños de su edad, ya que se trata de un retraso en la adquisición de capacidades y destrezas. No obstante, en otros casos, a pesar de los avances conseguidos, el retraso madurativo provoca un déficit de capacidad intelectual en edades futuras.
Cabe mencionar que para aquellos educadores que trabajen con niños menores de 5 años, y que se encuentran ya desde hace tiempo con esta realidad en algúnos de sus alumnos. Niños que no cumplen los hitos del desarrollo esperados en varios campos del funcionamiento intelectual, pero a los que no se le podía realizar una valoración sistemática ni establecer un diagnóstico, pero que la realidad era que no funcionaban adecuadamente, y sobre todo, que necesitaban una respuesta educativa temprana. Ellos podrán acogerse a esta nueva categoría diagnóstica y deribar a una evaluación formal que permita detectar de manera temprana dicha alteracion para comenzar con estimulación y estrategias educativas lo más pronto posible.
Estrategias tales como:
Permitir mayor tiempo para aprender, interpretar y comprender el entorno en el que se desenvuelven, los objetos, las personas, su propio cuerpo, etc.
Utilizar las situaciones de juego, psicomotricidad y expresión para trabajar los conceptos básicos.
Como a cualquier otro niño, les gusta la actividad, los juegos, explorar objetos, moverse en el espacio, etc. Para ello, es necesario que ajusten las actividades a su nivel madurativo y que haya escasa posibilidades de error. De esta forma, responderán positivamente a la interacción social y al aprendizaje.
Organicen el tiempo, los ritmos de ejecución y el espacio de las actividades de forma consistente para que puedan interiorizar las nociones espaciotemporales.
Reforzar la estimulación visual junto a la estimulación verbal para potenciar la comprensión de los mensajes, así facilitarán el aprendizaje.
Ocupense de que comprenden las situaciones y utilicen un lenguaje ajustado a su nivel madurativo para que pueda comprenderles.
Utilicen las actividades recientes, sucesos concretos o la presencia de objetos para hablar de ellos.
Premien su aprendizaje y capacidades adquiridas, así como sus éxitos.
Recuerda
El retraso global del desarrollo en un diagnóstico reconocido, que viene a ocupar el espacio del retraso madurativo y que es un diagnóstico provisorio que debe ser reevaluado despues de los 5 años para establecer un diagnóstico mas ajustado o dar por superadas sus dificultades.
referencias: De la Barra F., Toledo V., Rodríguez J. Estudio de salud mental en dos cohortes de niños escolares de Santiago occidente. I. Prevalencia y seguimiento de problemas conductuales y cognitivos. Rev Chil Neuro-Psiquiat 2002; 40: 9-21
Lavados P., Gómez V., Sawada M., Chomali M., Álvarez M. Diagnósticos neurológicos en la atención primaria de salud en Santiago, Chile Rev Neurol 2003; 36 (6): 518-522.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, abreviado DSM), editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (en inglés, American Psychiatric Association, abreviado APA) DSMV TR.
Autor de la nota:
María Eugenia Dubó Galleguillos
Fonoaudióloga, infantil
Centro de Atención Integral Amanda
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