Los seres humanos somos los mamíferos más frágiles e indefensos de la naturaleza. Al nacer, dependemos completamente de la figura de cuidado, en este caso, de la madre para sobrevivir, crecer y aprender a lo largo del desarrollo de nuestras vidas. Para que esto se logre, es imprescindible que el bebé al nacer, establezca un vínculo de apego con su figura de cuidado. En este caso, hablaremos de la díada madre-hijo. Bowlby (1951), define esta relación como cálida, íntima y continua entre esta díada, en la cual ambos encuentran satisfacción y alegría.
El apego es la primera relación del recién nacido con su madre o con un cuidador principal que se supone es constante y receptivo a las señales y necesidades que el bebé manifiesta. Es sumamente importante que las necesidades que tienen los bebés sean satisfechas, ya sean necesidades de alimentación, protección, calor, amor, es por esto, que la madre debe estar siempre disponible para poder cubrir estas necesidades en un período de tiempo breve y así no generar una situación de estrés en el niño. Cuando esto ocurre, en el cerebro del bebé hay altas concentraciones de cortisol, hormona del estrés, si el niño es expuesto constantemente a situaciones de estrés, se pueden producir cambios en las funciones cerebrales que pueden afectar al desarrollo del niño. El desapego, la falta de contacto corporal, la negligencia afectiva, son motivos de estrés en bebés y niños pequeños.
Una forma de fomentar el apego seguro es a través de una lactancia materna exitosa, esto quiere decir: dar cuanto quiera y cuando quiera el bebé hasta los 6 meses exclusivamente, es decir, lactancia materna a libre demanda, sin horarios ni relojes, y, por otro lado, continuar con lactancia materna hasta los dos años complementaria con otros alimentos, que es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Americana de Pediatría, entre otras instituciones. De esta manera se favorece los lazos afectivos entre la madre y su hijo y, además, favorece la calidad de la lactancia natural, lo que a futuro estimula un mejor desarrollo psicomotor y una salud óptima para el niño (Pinto, 2007). Las madres siempre han sabido que los bebés criados al pecho son más sanos y la ciencia así también lo ha confirmado a lo largo de la historia de la humanidad. Las ventajas de la lactancia materna se prolongan no sólo a corto plazo, sino también, a largo plazo, así las personas que fueron amamantadas tienen menor riesgo de algunas enfermedades, los bebés no sólo son más sanos, sino que también serán adultos más sanos. Además, la lactancia materna tiene beneficios para la madre como: menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario, mejor recuperación tras el parto, disminución de depresión post parto, recuperación del peso, mejor autoestima, etc.
Múltiples investigaciones revelan respecto a las formulas lácteas que los bebes alimentados con formulas no tienen la capacidad de regular la ingesta, esto provoca distensión abdominal, siendo más frecuente los cólicos abdominales. Por lo demás tiene mayor ingesta de calorías vacías, ya que se calcula que un niño alimentado con leche sustituta consume de tres a seis cucharadas cafeteras de azúcar al menos durante el primer año de edad. El exceso de azúcar en niños tan pequeños se relaciona con síndrome de hiperactividad, alteraciones del sueño y por lo demás el daño que genera en la dentición, sobre todo en los primeros dientes. Por lo tanto, indiscutiblemente el dar pecho es el mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos. Lo primordial de esta práctica para que resulte exitosa es que debe haber un disfrute de ambos, tanto la madre como el bebé, deben sentirse cómodos, seguros y tranquilos para mayor beneficio, el buscar apoyo y acompañamiento en momentos claves y difíciles otorgará mayor recompensa.
Es por ello la importancia de educar a los humanos desde la infancia sobre apego y lactancia materna. Además, que el apego no es privativo de las mujeres, también se extiende a los varones. Los niños/as deben ser preparados para la maternidad y paternidad desde muy pequeños. Deben ir recibiendo la información acerca de la maternidad de acuerdo a su capacidad cognitiva, aprovechando toda instancia positiva respecto a este tema. El futuro de la humanidad está en el cerebro de los niños. Si cuidamos el cerebro, tanto físicamente como emocionalmente, desde la gestación hasta el término del desarrollo (edad pediátrica), con especial énfasis en el Apego y la Lactancia Natural Exclusiva, nuestros nietos vivirán en un mundo mejor (Pinto, 2007).
Es importante detectar precozmente una disfunción del apego, que habitualmente se asocia a problemas en la lactancia natural. Además, es de suma importancia que las madres y futuras madres, cuenten con el apoyo necesario para poder establecer una lactancia materna exitosa. En el Centro Amanda puede encontrar profesionales especialistas en estos temas para poder detectar a tiempo esta disfuncionalidad y además, se realizan talleres de apoyo y promoción del Apego y la Lactancia Materna.
Estos talleres son realizados por una Enfermera y Psicóloga, especialistas en estos temas. Los talleres abordan diversas temáticas en relación a la Crianza Respetuosa de los futuros niños/as. Estos talleres abordan una parte teórica, para poder entender las temáticas que se abordan en cada uno de ellos, y una parte práctica, para que los asistentes puedan vivir y experimentar las temáticas que van aprendiendo a lo largo de los talleres y lograr así una mejor comprensión de lo abordado. Durante los talleres se aclaran las dudas que pueden tener las madres o futuras madres y se brinda el apoyo necesario para cada caso en particular.
Profesionales:
Enfermera Denisse Mera Malebrán
Psicóloga María Valentina Olivier Videla