Fonoaudiología

Rol del fonoaudiólogo en la prematurez

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A nivel mundial, la incidencia de parto prematuro es cercana al 10% del total de los nacimientos. En Chile, desde 1980, la tasa de 5% no ha variado, sin embargo, es un tema preocupante, ya que según el Ministerio de Salud excluyendo las malformaciones congénitas, el 75% de las muertes perinatales es atribuible a la prematurez.

En la primera etapa de vida  ( ucin neonatal) Los trastornos asociados a la prematurez son: de alimentación oral y deglución (desarrollo de patrones de succión –deglución y coordinación xde estos con la respiración), reflujo gastroesofágico, dificultades en la adquisición de una alimentación oral exclusiva, lo cual influye en el cambio de consistencias de alimentos (líquidos a espesos), déficit en el desarrollo del funcionamiento orofacial,  lo que dificulta el progreso de engramas motores orofaciales y comprometer patrones articulatorios necesarios para el desarrollo de la comunicación oral (Xavier, 1998).

Desde la mirada de las alteraciones del neurodesarrollo infantil Un importante factor de riesgo lo constituye actualmente el nacimiento prematuro, ya que debido a los avances en la medicina perinatal ha aumentado la sobrevida de los niños prematuros de muy bajo peso. La Organización Mundial de la Salud define como prematuro  a aquel recién nacido antes de las 37 semanas de embarazo cumplidas, lo que corresponde al 1% de los recién nacidos vivos. Dentro de este grupo, aquellos niños nacidos con 1500 grs de peso o menos corresponden al grupo que amerita las mayores atenciones, por constituir el grupo en riesgo de presentar discapacidad en etapas posteriores de su vida. En Chile, diversos estudios  muestran rangos entre 6,7 y 32% de déficits mayores en niños nacidos con menos de 1000 grs. Se define como déficits mayores a la parálisis cerebral, retardo mental, sordera neurosensorial, defectos visuales severos, hidrocefalia y convulsiones. También se describe la presencia de problemas intelectuales en la edad escolar y la adolescencia.

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Haciendo referencia al posterior desarrollo de un niño prematuro mencionamos que en el campo de la salud están abundantemente estudiadas las consecuencias negativas que puede tener en el desarrollo de un niño la presencia de factores de riesgo biológico (enfermedades congénitas, lesiones perinatales, etc.), y la forma en que ello se potenciará si el niño se encuentra inserto en un medio deprimido socio-cultural y económicamente, que le impida recibir adecuado tratamiento médico, en forma oportuna y sistemática .

Las más recientes investigaciones en el campo de la neurobiología han sido específicas para demostrar cómo las neuronas de la corteza cerebral en un niño pequeño se van interconectando, de acuerdo a un esquema determinado genéticamente y según van recibiendo estímulos del medio ambiente (plasticidad del sistema nervioso). Las mismas investigaciones son enfáticas en establecer que de no recibir estímulos, las neuronas desarrollan menos interconexiones, e incluso pueden morir. Una parte importante relativa a la forma en que se interconectan las neuronas está genéticamente determinada, principalmente aquellas destinadas al control de la respiración, ritmo cardíaco, regulación de la temperatura corporal o reflejos. Sin embargo, otra porción muy significativa depende de los estímulos del medio ambiente para su interconexión. Las mismas investigaciones han establecido igualmente la importancia de los primeros años de vida como el período crítico en el cual es posible aplicar estimulación para lograr desarrollar el máximo potencial de cada ser humano.

Para comprender esto, es necesario mencionar lo que plantean algunos autores, en el sentido de que todo el desarrollo del niño se resume en una corticalización progresiva, que está en función estrecha con las experiencias vividas. Así, si se actúa de manera positiva sobre un cerebro en proceso de maduración, aunque existan signos adversos que indiquen un pronóstico desfavorable, es posible observar que en todos los casos se realiza una lenta y progresiva maduración neurofisiológica que favorece la expresión espontánea del potencial básico remanente. Según este modelo el niño está bajo la influencia de una gran cantidad de estímulos inespecíficos, de los cuales un pequeño porcentaje va a provocar la activación del sistema nervioso. El aprendizaje sensorio-motor de Piaget se basa en que durante el primer año de vida gran parte del aprendizaje del niño está dado por estímulos externos o sensaciones internas y una respuesta manifiesta, todas conductas motoras aprendidas. De acuerdo con esto, es de primordial atención la estimulación motriz y psicosocial en esta etapa. Este sistema exige que el niño actúe en su medio para que el desarrollo cognoscitivo evolucione: el niño necesita moverse, manipular cosas, escuchar sonidos, mirar objetos para coordinar las acciones motoras simples con las percepciones que le van llegando (actos sensoriomotores). Su conocimiento es la construcción que éste realizará por sus acciones, descubriendo, creando o inventando, ayudado por la estimulación y el conocimiento social que se le brinda. Entendemos entonces que el niño es producto de múltiples fuerzas (genéticas, psicológicas, sociológicas) y que su desarrollo recibe la influencia de factores internos y externos que actúan como un sistema dinámico y de desarrollo. Los factores intrauterinos brindan la estimulación necesaria para optimizar los resultados de la gestación, pero el parto prematuro ocasiona una alteración importante y repentina de este proceso. Debido a sus características peculiares, el recién nacido prematuro presenta dificultad para asimilar estímulos ambientales y menor organización interna, que se manifiesta en cambios de coloración de la piel, aumento del esfuerzo respiratorio, pobre regulación de la temperatura corporal e incapacidad para mantener un estado de alerta tranquila . Despiertan con llanto o reaccionan a cualquier estímulo a su alrededor demostrando escasa habilidad en los cambios de estado. Dichos signos afectan la capacidad del menor para interactuar con sus padres y con el medio ambiente, dedicando su esfuerzo sólo a la autorregulación.

Avilés A.Clara,; Madariaga S. Patricia; Fuentes L. Patricia; et al

Está ampliamente demostrada la importancia de la Atención Temprana en la mejora del pronóstico de niños con alteraciones en el desarrollo (Dawson, 2008). Los aprendizajes en edades tempranas (especialmente los aspectos sociales y comunicativos) son más naturales, más fácilmente generalizables y se integran en el repertorio de habilidades de los niños de forma más armónica.

La estimulación temprana permite potenciar el desarrollo emocional- social- cognitivo-motor y psicolingüístico, considerando  las capacidades y habilidades de los niños en la primera infancia, a través de juegos, ejercicios, técnicas, actividades y otros recursos.   La estimulación  permite al niño aprovechar al máximo su capacidad de aprendizaje y de adaptación a su entorno de una forma más sencilla, rápida e intensa. Todos sabemos que los bebes nacen con un gran potencial y es la misión de los padres hacer que se desarrolle al máximo de la forma más adecuada, positiva y divertida. Cabe señalar que mientras antes comencemos la estimulación, es mejor, porque la flexibilidad del cerebro va disminuyendo con la edad, desde el nacimiento hasta los tres años, el desarrollo neuronal de los bebes alcanza su nivel máximo. Es importante reconocer y motivar el potencial de cada niño individualmente, y presentarle objetivos y actividades adecuadas que fortalezcan su autoestima, iniciativa y aprendizaje.

En Centro  Amanda contamos con Programas Integrados. Esto quiere decir que nuestra evaluación inicial es realizada por distintos profesionales de manera simultánea. Permitiendo observar desde las distintas competencias profesionales y a su vez realizar un completo plan de tratamiento y derivaciones adecuadas para la realización de las terapias. Las que son basadas en un modelo de trabajo multidisciplinario enfocado en las problemáticas individuales que manifiesta cada persona. Estos programas permiten un abordaje, que apoya tanto al paciente como a su familia.

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